miércoles, 11 de diciembre de 2013

La prudencia en el emprendimiento

Una vez tomada la decisión de emprender y elaborado un plan de negocio, la prudencia debe ser un principio presente en toda la labor de emprendimiento. Tanto en la estimación de objetivos como en la realización de éstos.
Hay que planificar lo máximo posible, cada detalle del lanzamiento de un negocio, para no encontrarnos con sorpresas y aproximarnos a los resultados reales. Por tanto, se debe realizar estimaciones y pronosticar, pero siempre desde una perspectiva prudente.
La improvisación y la falta de análisis (falta de prudencia), ponen de manifiesto algunos errores cometidos en el desarrollo de un plan de un negocio.
·        Indicar que no existe competencia en un mercado, indica una falta de estudio y conocimiento del sector.
·        Comunicar que un plan de negocio, es un simple borrador, sin categoría de plan de negocio real, indica falta de seriedad, de importancia… Un proyecto al que nadie querría perder su tiempo para prestarle atención.
·        Pensar global y actuar global, es un gran error a evitar. Cada vez está más extendido el pensamiento de una economía global. Pero cada mercado es distinto y requiere de unas actuaciones diferentes. Hay que pensar globalmente (perspectiva global) y actuar localmente, todas empresas deben acogerse a este principio y más los emprendedores que dan a conocer un negocio todavía no asentado.
·        No cuantificar los recursos necesarios para el negocio, es un gran error que indica falta de planificación y prudencia. Se debe especificar los recursos disponibles, necesarios y la capacidad de retorno, de una manera clara y concisa.

Otra clave que deben trabajar los emprendedores es la comunicación de su mensaje. Cada vez son más los que contratan actores para mejorar su speech y conseguir la percepción buscada en los apoyos externos. Ya que son los grupos externos (socios, inversores, colaboradores…) los que eran finalmente viable nuestro proyecto.

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